Osvaldo Ramírez Castillo nació en 1978 en El Salvador, ciudad en la que se crió hasta sus 11 años. Durante la guerra civil que atravesó este país en los años ’80 su familia decidió emigrar a Canadá donde adquirió su formación artística.

Los fundamentos de su trabajo fueron fuertemente marcados por esta experiencia de exilio, lo que lo llevó a buscar el diálogo crítico con el pasado, intentando representar a través del uso de diferentes medios -como el dibujo, el grabado y el video- aquella actitud que Walter Benjamin describió cómo “cribar la historia”,  filtrar los hechos con una mirada crítica desde el presente para que esa historia de pérdidas y violencia no quede en el olvido pero tampoco le impida avanzar hacia el futuro.

Su trabajo también reflexiona sobre los cruces histórico-culturales de la iconografía indígena y la cristiana; de la cultura pop y la cultura precolombina en Latinoamérica, dando como resultado un lenguaje artístico propio y contundente.

Este proyecto ha sido posible gracias a la generosa ayuda de: Conseil des Artes et des Lettres, Quebec Canada Council for the Arts

TESTIMONIO DEL ARTISTA

Utilizando al dibujo como un acto personal de revisión, mi obra representa una narración alegórica de vivencias propias, históricas y culturales. Mi práctica artística se inicia con el cuerpo como símbolo y sitio donde anida el trauma colectivo y personal originado en el recuerdo de las experiencias de pérdida y violencia que marcaron a El Salvador durante la guerra civil en la década de los ’80. Este período que atravesamos junto con mi familia fue la razón por la cual emigramos a Canadá.

Siempre me he sentido vinculado  a estas experiencias y defino mi trabajo como un diálogo crítico con el pasado al cual someto a una constante revisión histórica. Mi enfoque artístico está vinculado a las posibilidades de la narrativa encontrando en el mito y la memoria instrumentos importantes para la exploración de la mitología y del folclore latinoamericanos.  Mi práctica artística actual está basada particularmente en las formas populares de arte que amalgaman creencias y cuentos indígenas con el ritual y la iconografía cristiana.

Aspectos similares de la iconografía de América del Norte derivada de la cultura pop, como el graffiti y el arte del cartel, sirven constantemente de marcos significativos los cuales ofrecen una dimensión estética y política para mi trabajo girando en torno a mi retórica visual.

La utilización de un léxico personal de imágenes que he desarrollado en mi actividad como artista a lo largo de los años da como resultado una combinación de técnicas de dibujo que exploran los problemas de la memoria colectiva, la identidad cultural y los traumas históricos