Magdalena Suranyi nació y se crió en Argentina, en la actualidad vive y trabaja en Londres. Es una artista interdisciplinaria que utiliza diferentes medios: pintura, serigrafía, performance e instalaciones para desarrollar su trabajo.
En sus comienzos trabajó con el dibujo figurativo a gran escala. Interesada en expresar en su obra sus cuestionamientos políticos e investigar diversas formas de arte público. Los últimos años mostró particular interés por realizar instalaciones que en ocasiones incluyen la participación del público y de colaborar con artistas performáticos.
El exceso es un elemento fundamental en su obra, que se manifiesta tanto en sus composiciones como en el uso de una iconografía que hace referencia al abuso y a la muerte. Los derechos humanos, la búsqueda y la retórica de la identidad y el uso de simbolismos arquetípicos, se hacen presentes una y otra vez en sus trabajos, a través del cual denuncia traumas sociales y tabúes culturales, a la vez que trabaja en base a patrones de abuso y violencia. El resultado es una imagen que confronta al espectador, con referencias globales que aluden a una tipología universal.
Recientemente, Magdalena se concentró en dos grandes proyectos. El primero, un corpus de imágenes que confrontan al espectador, retratos de víctimas de abuso, tanto físico como psicológico. En el segundo, explora el erotismo a través de fetiches sexuales populares, que están íntimamente relacionados con teorías Freudianas de trauma infantil.
Durante 2010, realizó 200 dibujos de niños abusados de diversas maneras. Estos dibujos fueron expuestos sobre una cama infantil sobre la cual colgaba una cruz católica que fue bendecida por el Papa Benedicto XVI. Esta obra fue realizada en respuesta a la negación sistemática por parte de la Iglesia Católica en relación a los abusos infantiles por parte de miembros de la Iglesia. La instalación estaba abierta a la participación del público que reaccionaba frente a los dibujos dispuestos en la cama, que funcionaba como plataforma a la vez que los hacía cómplices de este reconocimiento público del abuso infantil.
Durante su residencia en ´ace trabajó en la realización de un libro de artista Stuprattor en el cual el tema es el abuso a menores por integrantes de la Iglesia Católica. Para la edición del mismo utilizó como soporte el emblemático cuaderno escolar sobre el que imprimió una serie de fotolitografías que dan cuenta de su denuncia.
