Nacida en Chicago, Ardine Nelson pasó sus primeros 16 veranos en la granja de cereales de sus abuelos, en medio de Dakota del Norte. Con esta educación, no es de extrañar que se sienta atraída tanto por el mundo natural como por el paisaje construido. Ardine ha enseñado fotografía y programas informáticos relacionados a la fotografía desde 1972, y su relación con los materiales de su campo ha sido una experiencia de aprendizaje permanente que influye constantemente en su arte. Wabi-sabi… Una visión del mundo centrada en la aceptación de la fugacidad y la imperfección. Una estética que a veces se describe como “imperfecta, impermanente e incompleta”. Reconocer esta estética se ha convertido en algo importante para Ardine y seguirá influyendo en su trabajo, independientemente del tema que se ponga delante de su objetivo.

STATEMENT DE LA ARTISTA

Mi interés a largo plazo por el paisaje, el paisaje urbano, el uso del suelo, la regeneración y el efecto del hombre sobre la tierra sigue influyendo en mis ideas visuales. Mi obra más reciente, Estados transitorios, hace referencia a este interés a través de imágenes que documentan el ciclo vital de las plantas. Algunas flores sólo duran un día (o una noche) antes de empezar a envejecer y morir. Este proceso de descubrimiento de la belleza visual de los materiales vegetales que envejecen se aplica a todas las etapas por las que pasamos los seres humanos a medida que envejecemos.

En contra de la expectativa normal de un “color bello”, estos tonos apagados dirigen al espectador a considerar el ciclo de la vida, haciendo hincapié en la noción de todos los ciclos de la vida en nuestro mundo, con el más largo, el de nuestro universo, y el más corto, el de la hembra adulta de la mosca de mayo, que vive sólo cinco minutos. Todo lo demás tiene un ciclo intermedio. La flor cambia constantemente, se marchita, se seca y puede empezar a enmohecerse.