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Piedras Brujas
Cecilia Soldano
18.12.19 13.03.20
Fundación´ace invitó a Mariana Rodríguez Iglesias (Argentina) como curadora para proponer un proyecto de exhibición en el Espacio Transversal. Mariana eligió curar una muestra individual de Cecilia Soldano, artista argentina que vive y trabaja en Buenos Aires, para la cual escribió el siguiente texto:
Hacer pintar al vacío
Treinta radios se unen en el centro;
Gracias al agujero podemos usar la rueda.
El barro se modela en forma de vasija;
Gracias al hueco puede usarse la copa.
Así pues, la riqueza proviene de lo que existe,
Pero lo valioso proviene de lo que no existe.
Proverbio Taoista
¿Qué tendrá que ver el tao con la brujería celta? Seguramente muy poco, excepto por algo donde se superponen brevemente: el vacío. Hay en la tradición celta un especial interés por ciertas piedras que deben ser encontradas por casualidad –nunca de regalo y mucho menos compradas– y que pueden ser reconocidas como mágicas por portar un agujero a través del cual se puede ver de un lado al otro. Se las llama de muchas maneras, aunque nuestra artista –de origen escocés– elige, entre todos esos nombres, el de piedras brujas.
Una roca de esta categoría le debe su identidad al agujero realizado por el agua y el tiempo en su extensa complicidad. Es una piedra bruja gracias al hueco en su interior. Aquí aparece el vínculo con la filosofía taoísta: la importancia que esta cosmovisión le da a la organización en torno a los espacios vacantes, que nunca son nada, sino la evocación de una relación.
Las áreas que no recibieron pintura y los espacios negros en una estampa china funcionan como ilusiones de volumen. Las zonas brumosas y difusas de un paisaje oriental son estrategias visuales que evocan mucho más de lo que pueden representar en superficie.
La potencia de este tipo de vacíos es que ponen en juego una relación y donde había ausencia ahora se puede metaforizar un sentido nuevo. ¿Qué pasaría con nuestras piedras brujas sin su agujero? Sin él ya no serían lo que son: amuletos, elementos para la magia, portales del tiempo y el espacio. Se trata de una concepción dinámica del vacío, de un ver por lo otro. Como pasa con nuestras propias identidades: esa imposibilidad de saber quiénes somos, aunque tratemos de esbozar una aproximación provisoria a partir de nuestros propios bordes, de nuestras palabras dichas, de nuestros gestos y actos. Este repertorio de lo que hacemos en el mundo es una huella de quienes somos en él. Y en tanto huella, una ausencia.
Lo que Cecilia encontró en las piedras brujas la inspiró a trabajar la materia pictórica buscando incorporar a quien mire sus piezas dentro de ellas y –como señala el principio de incertidumbre– lograr que el observador modifique lo observado. La artista trabaja dos líneas sostenidas en su pintura: una que hacía eco de pequeños detalles, de luces pasajeras, de rincones anodinos pero interesantes desde una perspectiva pictórica y la otra –que nunca abandonó y será el sustrato de su praxis plástica– la de la abstracción pura y sin referente, autónoma para encontrar sentido en sí misma. En esas series, el lenguaje plástico compone la escenografía, los actores y el guión de una escena que sólo puede suceder en el plano de la pintura. La necesidad de incorporar tanto a los y las espectadores como al espacio dentro de su obra la llevaron a indagar en los materiales. Así encontró un espacio lúdico de investigación en los pigmentos iridiscentes y las superficies refractarias (como el aluminio y otros metales) que, al reflejar la luz y los colores de quien está mirando la obra, logran hacerlos ingresar dentro de la escena misma.
Nos podemos parar frente al políptico de piedras brujas sobre papel metalizado o inspeccionar de cerca alguno de los linos atacados sutilmente por la pintura de Cecilia Soldano. Lo hacemos y nos vemos reflejados en su obra. No es que veamos nuestra imagen con bordes claros y delimitados, en todo caso, intuimos nuestra presencia por el reflejo de un color que llevamos puesto o la proyección de nuestro cuerpo como una sombra. Vemos –nos vemos– a partir de lo otro. Es la pintura, la sombra y la huella, con quien entramos en relación para reconocernos y, si nuestra sensibilidad nos los permite, asomarnos curiosamente al modo de contar(se) de la artista.
Mariana Rodríguez Iglesias, curadora.
BIO
Cecilia Soldano
1977, Buenos Aires. Arg.
ESTUDIOS
2015 Licenciatura de Artes Visuales en la UNA.
2002 Profesora Nacional de Pintura de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón.
EXPOSICIONES GRUPALES
2019| Espacio Corner, curada por Carlos Carpaxo, Madrid España; Pop UP con RED NARA, Frankfurt, Alemania.
2018| PEZÓN, curada por Sergio Bazán, Panal 361, Bs As, Arg.
El fragmento que ocupa, curada por Mariana Rodríguez Iglesias y Jorgelina Dacil Infer. Dacil. Urbana, Vicente López, Arg.
2016| Situación V, instalación site specific, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Arg.
2014| Grieta,con el colectivo Furor, Panal 361, Buenos Aires, Arg.; TMPRL, muestra colectiva de Furor; Se alquila Estado, muestra colectiva simultánea Madrid-Buenos Aires-Guatemala, Panal 361, Buenos Aires, Arg.; Imágenes de la memoria, Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso, Buenos Aires, Arg.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2015 Colmada, Pintura e Instalación, Espacio MOEBIUS, Buenos Aires, Arg.
SALONES Y SELECCIONES
2019| Salón de Mayo del Museo Rosa Galisteo; 2018| Salón Nacional Premio BANCOR; Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori; Salón Nacional de Tucumán; 2015| Museo Timoteo Navarro; Cuerpo inferior, Videoinstalación, Salón Nacional de Rosario, Museo Castagnino; Sobre la ruina, Cuerpo Inferior, Intervención y Video Instalación, La Verdi; Salón Manuel Belgrano Pintura Seleccionada en el Salón Nacional, Museo Sívori.
RESIDENCIAS
2011/2012 EPAC, Espacio de Proyectos Audiovisuales Contemporáneos,Galería Arte x Arte. Bs As, Arg.