El Rezo
Mónica Camin

En Memorias, el ‘aceNITE del miércoles 20 de Mayo se inauguró la instalación El Rezo de la artista Monica Camin.

La Sala Políglota de ‘ace fue ocupada por una pieza de tela que sugiere una figura humana mientras sube por la pared y actúa como pantalla de proyección para el video realizado en colaboración con el foto-reportero cubano Kaloian Santos Cabrera. El video, a través de sus imágenes (entre documentales y poéticas) y el constante sonido de la resistencia de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, ampliaba la atmósfera solemne y ritual de esta obra que investiga los efectos residuales de un trauma cultural.

Durante la residencia de la artista, se realizaron una serie de encuentros en los que los participantes bordaron la gran tela con nombres de personas desaparecidas durante el terrorismo de Estado que vivió la Argentina durante las décadas de los ’70 y ’80, muchas de ellas familiares o amigos de los/las bordadores/as.A lo largo de la residencia de la artista se llevaron a cabo una serie de sesiones interactivas en las que participaron más de 20 personas que colaboraron bordando la tela expansiva con los nombres de los desaparecidos, aquellos que “desaparecieron” durante la dictadura argentina de los años 70 y 80. Este trabajo colectivo agregó un estrato conmovedor a la exploración de Camin sobre los efectos perdurables de los eventos históricos, fomentando una conexión profunda entre la obra de arte y las memorias compartidas de la comunidad.

DECLARACIÓN DE LA ARTISTA

El Rezo/Perpetually Settling Dust es tanto una meditación sobre las atrocidades repetidas del terrorismo de Estado como una oración por un futuro diferente.

Después de una década de trabajo centrado en el Holocausto, esta pieza desplaza la atención a mi Argentina natal para analizar el genocidio cultural que tuvo lugar bajo una dictadura militar, conocida como el “Proceso de Reorganización Nacional” que gobernó Argentina de 1976 a 1983. Durante este tiempo, se ignoraron los derechos humanos. 30,000 personas, conocidas como los desaparecidos, que “desaparecieron”; se estima que 500 bebés nacidos en cautiverio fueron dados en adopción y quedaron sin una identidad real.

Esta pieza examina los efectos residuales del trauma cultural. En una exploración de la expresión en forma de comunidad y la curación a través de la creación, se invitó a la comunidad argentina a participar en el bordado de los nombres de los desaparecidos.