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El libro de Bustrofedon
César Forero
07.11.12 29.11.12
El libro de Bustrofedon (por Alicia Candiani)
El libro de Bustrofedon fue realizado enteramente durante tres semanas de intenso trabajo por el artista colombiano-canadiense César Forero en residencia durante octubre-noviembre de 2012.
Este libro de artista monumental se compone de 16 rollos con telas transparentes de más de 6 metros de largo cada una que -instalados en la Sala Políglota- constituyen una alegoría en contra de la matanza de los animales ya sea para comercializarlos o como entretenimiento en las riñas de gallos o peleas de perros, tan comunes todavía en América Latina.
Bustrofedon (en griego: βουστροφηδόν) designa un tipo de escritura que consiste en redactar alternativamente un renglón de izquierda a derecha y el siguiente de derecha a izquierda Aparece en numerosas inscripciones arcaicas, entre ellas las griegas. La voz proviene βου (bou): ‘buey’, στροφή (strofée): ‘vuelta’ o ‘giro’ y στρέφειν (stréfein): ‘dar la vuelta’, de tal manera que la composición del término se refiere a la semejanza de esta manera de escribir con la trayectoria formada en las tierras de labor con el arado tirado por bueyes.
Esta antigua forma de escribir es conocida popularmente como escritura serpiente, llamando la atención el parecido visual que tiene con el antiguo juego hindú Moksha-patamu, difundido en occidente como el juego de Serpientes y Escaleras. En su versión original este juego plantea valores éticos, puesto que simboliza el recorrido moral a lo largo de toda una vida, hasta alcanzar el cielo. Las escaleras representan actos virtuosos que acortan el viaje del alma hasta alcanzar un estado de perfección definitiva. Las serpientes son, por el contrario, la representación de las maldad humana, y nos condenan a reencarnaciones en formas inferiores, representadas por siluetas de distintos animales.
La obra de Forero está imbuida por ambos conceptos, la idea de que las telas se pueden leer como bustrophedon (acentuando el efecto por la transparencias entre unas y otras) y también por la lucha entre las fuerzas del bien y del mal en sus composiciones a veces espiraladas que estallan a lo largo de estas telas/caminos/serpientes mostrándonos -como un oxymoron– la belleza, descubriendo la crudeza en un segundo plano y haciendo finalmente una reflexión sobre la actitud de la humanidad en su relación con la naturaleza.